Hace casi 1 año escribí sobre cómo ha evolucionado mi estilo a lo largo de los años, conforme he aprendido a vestirme de acuerdo a mi “nueva” (actual) realidad. Y sí, algo ha cambiado en mí desde que empecé.

En primer lugar, creo que esto ya no es algo banal ni algo que puedo separar de mí. Al contrario, desarrollar esta veta por mi parte ha sido central en mi desarrollo, y eso sí que es importante porque se me nota lo fashionista a lo lejos. Entonces, ¿para qué negarlo? Lo que sí, me he propuesto dotar de contenido mi propuesta y mi aprendizaje, porque creo importante volverme más robusta en cuanto a mi imagen, alineada con mi pensamiento y en general con todo lo que hago.

Dicho eso, revisemos.

Revisión de Estilo: 2018-2019

Como siempre, os recuerdo que Jekyll no tiene código server-side para rotar adecuadamente las fotos según EXIF así que la visualización queda a criterio de su navegador.

Fines de 2018

Seguía entrampada en mi revisión más darks, condicionada por el color de fantasía que tenía mi pelo en esa época. Eso hacía que mis looks más formales no se vieran tan formales, lo cual da igual cuando trabajas en tu casa.

4a-01 4a-02 4a-03 4a-04 4a-05 4a-06 4a-07 4a-08 4a-09 4a-10 4a-11 4a-12

Inicio de 2019

Mi verano está marcado por la relación que tuve, y el apañe que tuve (y dejé de tener después) con ciertas temáticas relacionadas a mi estilo. Asimismo, en enero inicié mi curso de estilo personal y con ello aprendí un montón de reglas. En el post anterior hablé de lo que significó, y mi reflexión al respecto. Y sobre ello, creo que se notan los cambios, ¿no creen?

4b-01 4b-02 4b-03 4b-04 4b-05 4b-06

Mediados de 2019

A pesar de que me dijeron en el curso de estilo que por ningún motivo me cortara el pelo, lo hice igual. Eso sí, el bob nunca más corto que mi cara por mi forma alargada (¿ven que aprendí?). Al sacar el color de fantasía, nunca he tenido un pelo más versátil para poder vivir mi estilo satisfactoriamente en todas sus facetas, a veces grunge, a veces preppy, a veces ambas, a veces ninguna. En esta época, he aprovechado para volver mi armario uno más sustantable. ¿A qué me refiero? Te muestro las fotos y te cuento.

4c-01 4c-02 4c-03 4c-04 4c-05 4c-06 4c-07 4c-08 4c-09 4c-10 4c-11 4c-12 4c-13 4c-14 4c-15 4c-16

2019-2020: Hacia una propuesta más sustentable

Quisiera empezar esta segunda parte haciendo notar que he empezado a “repetir” prendas más de lo que podría alguien “esperar” según este concepto de fashion/lifestyle blogger que nos venden en Instagram. No me interesa. ¿Por qué? Porque eso no es sustentable. Y no se engañen, probablemente vean a sus influencers diciendo que se volverán “más sustentables”, pero el problema no es la ropa. Es su dinámica: probablemente esa prenda promocionada de una tela no plástica va a viajar medio planeta, e igualmente solo la verás una vez en ese feed. Muy de tela fancy, pero igual de desechable.

Entonces, como la idea es dejar de consumir es bueno seguir una frase que empiezas a escuchar cuando tomas consciencia del problema: “la prenda más sustentable es la que ya tienes”.

Por mi parte, he empezado a aplicarme las primeras medidas que puedo tomar rápidamente:

  • No más prendas nuevas 100% poliéster, a menos que sea reciclado. Dentro de un tiempo lo bajaré a prendas con más de 75% y con más de 50%, sabiendo que las telas mixtas son incluso más problemáticas para su reciclaje. Mientras menos prendas de petróleo, mejor.
  • No más ropa desechada. Debo decir que boté mucha ropa (dado mi cambio completo de closet) en su momento, y sin preocuparme de gestionarla. Como no conozco a personas que hagan upcycling, probablemente la termine separando de la “basura” para que se la lleven recolectores, o llevándola a reciclaje (que en la práctica es downcycling, pero algo es algo).
  • Privilegiar diseño y confección local. ¿Es necesario pagar tanto despacho para que te traigan algo de Estados Unidos, de Inglaterra, de China? Obviamente, si algo lo puedes conseguir en Chile se compra acá. Y si algo me lo puedo traer de un viaje, lo hago (así como ya lo hice en Buenos Aires). Aquí tenemos la ventaja de tener buen diseño chileno y que va al alza hacia un público más amplio, así como ya pasó con el boom de zapatos de estos últimos años.
  • Agregar lo que me falta, no “cambiar lo que ya tengo”. No se trata de tener un closet pulcro de una vez, porque al final eso genera el mismo desecho que seguir comprando rápidamente. Cuando una prenda de verdad no de más, se gestiona su cambio. ¿Entonces seguiré teniendo harto poliéster en mi armario? Sí, pero ya no llegará más.

Probablemente siga “completando” mi armario, pues hay muchas prendas de las indispensables que aún no tengo. Pero hacerlo de una forma adecuada, en estos tiempos, significa hacerlo de forma más consciente. Y por supuesto, con ese armario seguiré protestando para que las empresas hagan su parte también.

Volver / Go Back