No sé si se han fijado, pero durante este último año he pulido muchísimo mi estilo, y los looks que he armado en base al mismo. No importa si vibro con energía parisina, con energía grunge o con una mezcla de ambas (como la mayoría de las veces), gracias a que he tomado clases de estilo personal (y planeo seguir haciéndolo) he podido aprovechar mis fortalezas y trabajar los aspectos donde existe espacio para mejora. Lo he disfrutado, y ha sido un primer esfuerzo para canalizar mi energía fashionista. Además, es divertido sentir que ahora cada vez que voy a comprar a los malls me puedo encontrar con la gente de los negocios, con compañeras del curso, o que en general ya te conozcan.

Pero no por eso voy a encontrarlo todo perfecto.

Del mismo modo en que disfruto aprender para sacarle partido a mi cuerpa, también aplico pensamiento crítico para decir: ¿según qué? Porque, digámoslo, todas las famosas “reglas” son para llegar a un mismo objetivo: verte lo más binaria posible. Marcar la cintura, alargar las piernas, verte más flaca, etc. Aunque te enseñen que “se trata de equilibrar”, y estando de acuerdo con eso, todo va para allá. Y me cuesta hacer encajar eso con la realidad donde vivo, rodeada de teoría queer donde quiera que veo, y en donde también, por lo mismo, enfrento un desafío.

Entonces, ¿aprendo pero no uso lo que aprendo? Tampoco es la idea. De tanto en tanto saco a pasear el concepto de passing privilege para apoyarme en esto. Esencialmente, es que dado que “no se te nota” te pescan muchísimo más. ¿Por qué creen que todas las mujeres trans que son “ícono” son supermodelos o en general gente muy linda? Ya. Eso. ¿Por qué creen que mis propios episodios de discriminación han sido muy, muy acotados? Ya. Eso. Y ojo, que eso no está mal; en el fondo he podido, y puedo vivir más tranquila por esto.

Entonces, si bien voy a aplaudir siempre con sus esfuerzos body positive y contar sobre sus existencias no binarias como ejemplo de resistencia, esto lo hago para reforzar mi escudo protector frente a la sociedad, para reforzar mi autoestima frente a lo que sigue ahora que mi tránsito está legalmente terminado, y para iniciar un ciclo más consciente respecto a mi estilo en función de la emergencia climática.

Les contaré más sobre eso en el próximo episodio.

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