Boletas

Quiero empezar la versión definitiva de este artículo diciendo que siempre transitar va a ser costoso. La vida nos pone los desafíos, y algunos son más difíciles que otros. Tarde o temprano nos damos cuenta de eso y mirándolo en retrospectiva parece increible haber tenido que poner tanto esfuerzo, más allá de los resultados.

Dicho eso, empezaré con lo central de este artículo: el costo económico de transitar.

En las versiones preliminares de este artículo, les había comentado que había guardado 4 años de boletas. Lo que no les había comentado es que las tabulé todas durante el verano, y ya tengo algunos resultados notables. Todo es descriptivo, no busco hacer análisis estadísticos (al menos por ahora).

No obstante, quiero explicar algo de los métodos: las boletas que guardé son “gastos de transición”. ¿Qué considero como un gasto de transición? Lo voy a definir como “toda transacción mediante la cual puedo mejorar mi proceso de tránsito”. Salir a comer no es un gasto de transición, por ejemplo. Del mismo modo, desprecié todas las compras de supermercado. A veces habían cosas que calificaban, otras no. El proceso se me iba a eternizar y sé que no tengo todas las boletas.

Ah, y por cierto: para mi propia existencia sigo usando transición porque no le tengo miedo a la palabra. Yo sí considero que pasé de un estado a otro, algo ligado también al binarismo que me aplico a mí misma. Y no, no está mal. Para las demás sí uso “tránsito”, tengo que saber respetar todas las existencias.

¿Partamos?

2014: $312.500.-

Como este año fue de inicios, los gastos de transición se centraron en mi psicoterapia (45%) y honorarios médicos (55%). No hay mucha vuelta que darle, era el inicio de todo, tenía que centrarme en tener unos buenos cimientos.

2015: $1.401.635.-

El detalle del año fue el siguiente:

Item Porcentaje
Belleza 1,43%
Exámenes 4,94%
Hormonas 8,84%
Inhibidores 3,07%
Médico 8,56%
Psicóloga 21,12%
Ropa y Accesorios 18,57%
Zapatos 3,28%
Inyectables 12,35%
Depilación 17,84%


Aquí algo podía solventar, pero de todos modos tuve que empezar a tomar deuda. De este año quiero rescatar la inexplicable alza de 11% de mis hormonas, que se torna aún más inexplicable en el año siguiente.

2016: $347.727.-

Aquí empecé a cruzar el desierto. Sin pega, sin lucas, viviendo de lo que me llegara, evadiendo la micro, contando chauchas. Todo eso que no puedo olvidar. Siempre digo que hay que saber ser pobre, y en este año me tocó a mí. Un año del mono que me partió, me dejó sin caminar por 4 meses y en donde tuve que sacarme ese dolor de encima. Sola. Como siempre.

El detalle de ese año fue el siguiente:

Item Porcentaje
Belleza 2,30%
Hormonas 37,89%
Inhibidores 14,39%
Médico 17,25%
Peluquería 6,04%
Ropa y Accesorios 22,13%


2017: $778.140.-

El año en que terminé de cruzar el desierto, y cuando casi me muero en el intento. Empecé a trabajar y a ponerme al día en los pendientes que sentía pendientes, entre ellos juntar nuevamente papeles para iniciar mi cambio de nombre. Pero al parecer los cambios en mis prioridades empezaron a cambiar mucho aquí.

El detalle de este año fue:

Item Porcentaje
Belleza 6,37%
Exámenes 6,09%
Hormonas 15,64%
Inhibidores 6,33%
Médico 15,42%
Peluquería 3,60%
Psicóloga 2,63%
Ropa y Accesorios 23,38%
Zapatos 15,03%
Inyectables 5,49%


2018: $2.466.896.-

Que locura, ¿no? Al final, el año en que más gasté plata no fue por gastos esenciales. Fue por comprarme zapatos. En fin. Consolidar tu imagen y sentirte bella y cómoda en tu piel requiere también gastar plata en tu apariencia y no sentirte culpable por ello. Para bien o para mal, si encajas dentro de los estándares binarios aquello se constituye como tu primera barrera de defensa ante posible discriminación. También ayuda con tu autoestima, y en nuestro caso eso es muy muy muy importante.

El detalle de este año fue:

Item Porcentaje
Belleza 16,23%
Exámenes 1,15%
Insumos Fit 10,01%
Hormonas 6,67%
Inhibidores 2,38%
Peluquería 11,37%
Ropa y Accesorios 18,66%
Zapatos 33,52%


Entonces, ¿qué agregar? En 2018 mi vida fue de lo más normal. Pero, ¿por qué incluir esos datos? Porque básicamente mis papeles no salieron hasta fines de este año. Entonces, 2019 ya es el año donde no tengo que rendirle cuentas al mundo. Me he ahorrado una vergüenza muchas veces ya, y estoy mucho más tranquila. Y acompañada.

Por supuesto, esta es solo una parte del costo de ser trans en Chile. Vi mi carrera truncada, no he vuelto a ejercer, el estrés al que me vi sometida fue gigantesco… pero aprendí. Crecí. Y hoy estoy en esta, reescribiendo mi vida una página a la vez. Reencontrándome conmigo misma y muchas cosas más. Pero, tal como lo dije al principio, parte de estar aquí al parecer incluía aprender a ser pobre. Vivir la miseria. Sentirte en un hoyo y salir de ahí.

Y eso nunca lo vas a entender hasta que conozcas el real costo de ser trans en Chile.

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